Te amo
Me miras
te miro.
Me sonríes
te sonrió.
Te acercas
me acerco.
Me abrazas
te abrazo.
Me besas
te beso.
Tú dices que me
quieres
en cambio yo digo que
te amo.
Bienvenido a el blog Principe Cosmopolita, un pequeño espacio lleno de sentimiento y filosofía. En donde la mente y el corazón se unen en uno solo y en donde las fronteras no existen, lleno de poesía, música, positividad y sobre todo lleno de vida.
- ¿Dónde aunque siempre me vista de la misma manera me dirán que mi ropa es la más bonita?
- ¿En qué sitio, sino allí, me abrazarían y me dirán que me quieren?
- ¿Dónde eres tan importante que le has de limpiar los mocos a la estrella del desfile?
- ¿En qué otra parte olvidaría mis penas porque tengo que atender tantos arañazos, cocos y corazones afligidos?
- ¿Quién recibe más flores que yo?
- ¿Dónde más podría guiar, en la escritura de las primeras letras, una manita que quizá algún día escriba un libro?
- ¿En qué otro lugar recibiría el regalo de sonrisas?
- ¿En qué otro sitio me haría un retrato gratis?
- ¿En qué trabajo cuando faltas dos días te reciben con los brazos abiertos?
- ¿Dónde puedes ver en primera fila la ejecución de grandes obras de arte?
- ¿Dónde conservaría el alma joven, sino con un grupo cuya atención es tan efímera, que siempre debo tener a mano una caja de sorpresas?
- ¿En qué otro sitio derramaría lágrimas porque hay que dar por terminado un año de relaciones felices?
Un día nació en su alma el deseo de modelar la estatua del «Placer que dura un instante». Y marchó por el mundo para buscar el bronce, pues sólo podía ver sus obras en bronce.
Pero el bronce del mundo entero había desaparecido y en ninguna parte de la tierra podía encontrarse, como no fuese el bronce de la estatua del «Dolor que se sufre toda la vida».
Y era él mismo con sus propias manos quien había modelado esa estatua, colocándola sobre la tumba del único ser que amó en su vida. Sobre la tumba del ser amado colocó aquella estatua que era su creación, para que fuese muestra del amor del hombre que no muere nunca y como símbolo del dolor del hombre, que se sufre toda la vida. Y en el mundo entero no había más bronce que el de aquella estatua. Entonces cogió la estatua que había creado, la colocó en un gran horno y la entregó al fuego.
Y con el bronce de la estatua del «Dolor que se sufre toda la vida» modeló la estatua del «Placer que dura un instante».
Oscar Wilde
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